lunes, 5 de enero de 2015

La bendita manía de llevar la imaginación al papel.

Hoy tengo ganas de agradecer, tuve un buen año de lectura, me adentré en viajes fantásticos y en historias que abrieron mi mundo y me llevaron a vivir vidas paralelas, historias de las que formé parte desde mi sillón o desde mi cama acompañada de una dosis de cafeína o de una buena copa de vino.

Hoy quiero agradecer la manía de forzar la imaginación y llevarla al papel de aquellos escritores que llenan mis noches y mis mañanas de domingo.
No solamente escribir es terapéutico, también leer lo es, y no hablo de libros de autoayuda de los que no soy particularmente fan (siempre que digo esto las personas parecen sorprenderse).
Leer una buena novela de misterio resulta para mi una muy buena forma de manejar mi estrés cotidiano, prefiero a Katzenbach que cualquier fármaco. Me permite salirme de mi drama personal, tomar perspectiva, perderme en el espacio y el tiempo, irme lejos sin salir de casa, vacaciones cerebrales que aseguran la relajación de mis neuronas por el tiempo que yo lo decida, vaya si tengo mucho que agradecer.

1 comentario:

  1. Felicidades Gabriela de Galli: "...prefiero a Katzenbach que cualquier fármaco." Desde Veracruz, Ver., Mx., Sala de Lectura (Pnsl) Veracruz 500 años, te saluda. jcocampo52@gmail.com

    ResponderEliminar