sábado, 28 de febrero de 2015

EGO GIGANTE = GRAN PERSONAJE

Últimamente he encontrado en redes sociales un número significativo de frases que señalan el ego como algo muy negativo para las personas y las relaciones. Sin embargo los mejores personajes literarios, aquellos que nos atrapan y cautivan, por lo general tienen un ego gigante (a menos, claro, que te sientas más atraído por la débil damisela en dificultades).

No he explorado mucho en las entradas la escritura creativa como herramienta terapéutica, iniciaré con este tema. Crear es una forma de poner en el mundo nuestro mundo interior, cualquier artista estaría de acuerdo conmigo, se crea a partir de lo que se tiene dentro, se crea a partir de uno mismo, la materia prima del artista son sus vivencias, sentimientos, recuerdos y, más importante aún, sus deseos y sus miedos, aquello que reprime y oculta, aquello que no puede mostrar al mundo de manera espontánea y natural, aquello que requiere ser transformado, pulido, maquillado, para poderse mostrar.

El proceso de hacerlo presentable al mundo es importante, pero es más importante para el artista mismo, ya que lo hace manejable, aceptable y presentable para él. No importa si hablamos de música, escultura, pintura y, por supuesto, escritura.

Crear un personaje con esa personalidad magnética que atrae, especialmente porque lo odiaríamos en la vida real, requiere proyectar en el papel una buena dosis de características personales que tal vez no nos animamos a mostrar en el día a día y que luchamos por manejar u ocultar. Proyectar un ego gigante en la escritura crea definitivamente un gran personaje.

La escritura creativa, aún si no quieres convertirte en escritor de carrera ni publicar tus obras, es un medio terapéutico para hacer y vivir, a través de los personajes, permitir salir al mundo el pedante egocéntrico que llevamos dentro, permitirle vivir una aventura y ser aceptado y reconocido sin censuras, saber que sería un personaje amado y odiado en la ficción.
Permítete crearlo y verás.

miércoles, 25 de febrero de 2015

DESPRENDERTE CON TINTA Y PAPEL

Una de las cosas que mas daño hacen a nuestra salud emocional es el apego a personas, situaciones o cosas que, aunque somos conscientes que nos dañan, nos cuesta mucho trabajo dejar ir.

No importa si están ausentes físicamente podemos vivir constantemente a la sombra de personas o relaciones pasadas que no nos dejan avanzar.

Papás y parejas en particular son difíciles de superar en ocasiones después de tiempo de ausencia física, las seguimos "arrastrando", las traemos prendidas a nuestra vida en muchas ocasiones no como una figura nutricia de nuestro pasado que nos ayuda en el presente, sino como una sombra tóxica que no nos permite avanzar.

La ausencia física dificulta el proceso de desprendimiento, nos quedamos con sentimientos y asuntos no resueltos, y ya no tenemos con quien resolverlos.

Escribir es una forma de desprenderse de estas relaciones intangibles que permanecen dañando nuestro presente. En forma de carta a la persona, en forma de escrito libre que sirva para depositar los sentimientos y asuntos inconclusos, en forma de relato fantástico en el que el protagonista pueda vivir la relación que no fue del todo satisfactoria y darle un final diferente; cualquiera de las tres formas contribuirán a darle un cierre a la relación inconclusa que cargamos y no nos permite avanzar.

No se trata de magia, no bastará con escribir una carta sencilla y todo estará resuelto, escribir varias cartas, en repetidas ocasiones, dando rienda suelta a los sentimientos, sin censura y sin juzgarnos a nosotros mismos, permitiendo que los sentimiento se acomoden y que pueda ir cerrando paulatinamente esa relación que permanece inconclusa. Eventualmente serás capaz de decir adiós sinceramente en el papel.