jueves, 29 de enero de 2015

Tip #2 Escribe sin censura

Si lo que quieres es perder el miedo a la escritura y convertirla en un hábito en tu vida mi segunda recomendación es escribir sin censura.

Olvídate en principio de corregir el estilo y la redacción, deja esa preocupación para un segundo momento, sobre todo si decides publicar.

Deja que las palabras fluyan libremente, si escribes a mano, deja que se plasmen exactamente como salen, tal vez utilices modismos o abreviaturas de cuando estaba en la escuela, no te preocupes, que se plasme en el papel sin dobles pensamientos.

Evita la tentación de releer y corregir, termina e escribir y guarda el escrito sin leerlo, deja la lectura para un segundo momento después de algunas horas o incluso días. El tiempo te permitirá realmente dejar tu escrito inicial sin enmendaduras.

Escribir sin censuras, junto con el tip número uno, al menos un poco cada día... vas en el camino correcto.

miércoles, 28 de enero de 2015

Tip #1 Escribe todo y para todo


      En diferentes ocasiones me han preguntado cómo se pierde el miedo a la escritura, o cómo se adquiere el hábito de escribir de tal forma que sea una herramienta continua que te ayude en el día a día, principalmente si la quieres utilizar como una herramienta de autodescubrimiento y crecimiento personal.
      Se aproxima un fin de semana largo en México, éstos momentos de bajar el ritmo pueden ser aprovechados para iniciar proyectos o realizar algunos cambios que se han pospuesto en nuestra vida; uno de ello puede ser iniciarse en la escritura.
     Es por esto que dedicaré las siguientes entradas a desarrollar los 8 tips para perder el miedo a la escritura o para iniciar en el hábito de escribir que he ido simplificando y desarrollando de la mano de mis pacientes y asistentes a mis cursos.
    Iniciamos, claro esta, por el número 1: tal vez demasiado obvio pero no existe otra forma de decirlo: escribe todo, para todo, escribe todos los días, cualquier cosa pero escribe.
      
    Escribir es un poco como el ejercicio, debes hacerlo para que, después de un tiempo, el día que no lo hagas, el cuerpo te reclame su falta.

    Dicen los expertos que los hábitos se forman en 21 días de hacer algo de manera consistente. Así que esta debe ser tu primer meta: escribir por 21 días consecutivos, algo cada día.

domingo, 25 de enero de 2015

CUENTOS PARA DESPERTAR.

Es común utilizar el cuento con los niños como una estrategia para conciliar el sueño, leerles un cuanto antes de dormir a los más pequeños de la casa es una práctica común en los hogares, y muy buena por cierto.

Pero el cuento puede ser mucho más que eso, el cuento puede utilizarse como una estrategia para ayudarle al pequeño a despertar su imaginación y su autoconciencia. 

La fantasía en los niños es parte inherente de su vida cotidiana, si tenemos el cuidado de escuchar el diálogo de los peques encontraremos que, en un día, las referencias a cuestiones mágicas o fantásticas están presentes en múltiples ocasiones y contextos, entre más pequeños más evidente pero, conforme crecen, esto no desaparece del todo. 

Aún existimos adultos a los que nos es necesario un poco de fantasía, al menos la ficción de una novela, para completar realmente un día.

Consumir fantasía de otros es una forma de alimentar este mundo alterno, que no es tan alterno para los pequeños, consumir fantasía de la televisión, de los libros, o de algunos juegos.

Otra forma de nutrir este mundo es animarlos a que generen su propia fantasía, los amigos lo hacen en el juego colectivo y por esto dejarlos jugar libremente con otros niños, sin que medie un aparato electrónico o una consola de videojuegos, es tan importante.

Pero animarlos a producir su propia fantasía es abrirles un mundo totalmente nuevo en el que ellos marcan las reglas, en el que no existen límites y les permite explorar a dónde puede llegar su imaginación y también es una excelente herramienta de autoconocimiento sin el miedo a la censura del adulto y a la crítica de los pares.

Para el niño inventar cuentos le puede abrir esta puerta, si el cuento es escrito mucho mejor porque podrá volver a él en diversas ocasiones, nutrirlo y modificarlo o simplemente releerlo para recordar lo que experimentaba en ese momento de su vida y que, seguramente le será mas sencillo abordar recurriendo a personajes externos y a la metáfora de un mundo y un tiempo irreal.

Maravilloso el cuento para dormir pero como papás ayudemos a nuestros pequeños también a escribir cuentos para despertar.

miércoles, 14 de enero de 2015

El miedo al papel

En esta era digital tal vez el título debería ser un poco más amplio, sin embargo cuando hablo de escritura me permito utilizar genéricamente el término, no importa si en realidad es una pantalla de cualquier dispositivo, impone de igual forma y provoca una especie de distante respeto.

Hablaré de mi propio miedo ya que es el que tiene derecho de autor, conozco otros pero no tengo derecho a ventanearlos. El miedo, en mi caso, proviene principalmente de dos ideas, erróneas al reflexionarlas, pero que se turnan cuando invento excusas personales para no escribir.


La primera es la idea de la permanencia de lo que se escribe, como si poner algo por escrito lo convirtiera en cierta forma en algo eterno e inamovible, lo escribí, entonces así es y así será. Nada más falso que lo anterior, de hecho escribir algo que parece estático como un sentimiento que tiene algún tiempo guardado en mi, lo convierte al ponerlo fuera en algo dinámico, lo mueve, en primer lugar de dentro hacia fuera de mí misma y, con ésto, le proporciona la posibilidad de cambiar, mutar, modificarse, transformarse, aclararse para retomar su energía y fluir. Lo mismo sucede cuando escribo sobre un recuerdo, ponerlo en el papel le otorga una especie de alas personales, le permite volar y en el vuelo completarse y modificarse. Los conflictos y los miedos sufren la misma transformación, recobran su energía, se nutren de nuevos significados y cambian, casi de forma automática. 

El segundo miedo que pone una especie de cadenas en mis manos cuando tengo la intención de escribir algo profundamente personal es el miedo a que se haga público, a perder el control sobre lo escrito y que sea conocido por alguien que pueda utilizar la vulnerabilidad en contra mía. Éste es, quizá, un poco más real. Sin embargo tampoco debería detenerme al momento de aprovechar las ventajas de la escritura en mi proceso personal. Es un miedo al miedo, en muchos sentidos, el miedo a ser vulnerable y por lo tanto ser dañado que todos experimentamos en mayor o menor medida.

Cuando retomas el hábito de la escritura el miedo se disipa poco a poco, pero nunca estas realmente exenta de experimentarlo, vuelve periódicamente, vuelve con algunos temas específicos, vuelve en momentos crítico.

La solución es enfrentarlo y escribir de cualquier forma, ningún miedo sobrepasa los beneficios.

lunes, 12 de enero de 2015

El diario, la vida en perspectiva.

La limpieza de principio de año me trajo un hallazgo inesperado. En un cajón de un mueble que había heredado a mi hija mayor, perdido en el fondo y con mucho tiempo de abandono se encontró mi diario de la adolescencia.
Ella lo rescató intrigada y respetuosa, me lo entregó como si se tratara de un tesoro, y realmente lo es.

No he terminado de leerlo pero si me permití dar una vista a mi pasado en sus páginas desde la perspectiva de mi misma hace algunos años.

Debo confesar que me sorprendió leerme, definitivamente el recuerdo se ha modificado en mi memoria, si hiciera el ejercicio en este momento de escribir lo que recuerdo de esa etapa de mi vida el diario y mi relato actual tendrían contenidos diferentes, y formas de relatar también muy distintas.

Encontrarlo me ha servido para rescatar mi adolescencia desde su propia vivencia, ponerla en perspectiva, verla en la distancia, con las distorsiones propias de su edad y no con las que le dan algunas décadas de más.

Defiendo el diario como un instrumento terapéutico, lo utilizo con mis pacientes y ahora lo rescato como una herramienta de síntesis y reconciliación personal altamente poderosa.

martes, 6 de enero de 2015

Listas para todo, lista para escribir.

Conozco personas que les gusta hacer listas para todo, les gusta poner una lista de pendientes en algún lugar visible de su casa u oficina o en su teléfono celular, una lista de compras en su refrigerador, una lista de propósitos de año nuevo, lista de lo que debe hacer después del trabajo, de a quién deben llamar, a quién visitar, listas, listas, listas.
Hacer listas es en realidad una tarea de escritura que puede ayudar a organizar una mente desorganizada, también es un ejercicio que proporciona seguridad a quien lo realiza, proporciona una especie de control sobre lo incontrolable, principalmente proporciona la ilusión de control del tiempo.
Hacer listas puede ser un buen ejercicio si pretendes iniciar en la escritura este año que comienza, una lista de lo que quieres escribir cada día por los próximos 10 días puede ser una herramienta que te ayude a ir logrando tu meta y proporcionarte la sensación de control que requieres para crearte el hábito de escribir.
Espera ejemplos de listas para iniciar a escribir en las próximas entradas.

lunes, 5 de enero de 2015

La bendita manía de llevar la imaginación al papel.

Hoy tengo ganas de agradecer, tuve un buen año de lectura, me adentré en viajes fantásticos y en historias que abrieron mi mundo y me llevaron a vivir vidas paralelas, historias de las que formé parte desde mi sillón o desde mi cama acompañada de una dosis de cafeína o de una buena copa de vino.

Hoy quiero agradecer la manía de forzar la imaginación y llevarla al papel de aquellos escritores que llenan mis noches y mis mañanas de domingo.
No solamente escribir es terapéutico, también leer lo es, y no hablo de libros de autoayuda de los que no soy particularmente fan (siempre que digo esto las personas parecen sorprenderse).
Leer una buena novela de misterio resulta para mi una muy buena forma de manejar mi estrés cotidiano, prefiero a Katzenbach que cualquier fármaco. Me permite salirme de mi drama personal, tomar perspectiva, perderme en el espacio y el tiempo, irme lejos sin salir de casa, vacaciones cerebrales que aseguran la relajación de mis neuronas por el tiempo que yo lo decida, vaya si tengo mucho que agradecer.

domingo, 4 de enero de 2015

Limpieza de año nuevo o tengo ganas de tirar todo a la basura.

Los primeros días del año es común que se oiga por todos lados que las personas están haciendo limpieza profunda en su casa, la limpieza de año nuevo es algo que se ha convertido en una especie de tradición para algunos, debo de confesar que ese no es mi caso.
Sin embargo si tengo periodos recurrentes en que me aparecen unas ganas casi incontenibles de tirar todo a la basura y, coincidentemente, este año coincide con los primeros días del año.

Recorro cada habitación de mi casa y casi todo lo que veo me parece fuera de lugar, obsoleto, viejo o que ya no cumple su propósito. Tal vez exagero, no es todo lo que veo, pero si muchas cosas parecen gritarme desde su rincón: "regálame, tírame, desapareceme de aquí".

No se si las limpiezas de año nuevo tengan algún sentido real para las personas que las practican, pero mis limpiezas personales si tienen un sentido para mí, aparecen por lo general en momentos en los que es necesario hacer cambios en mi vida y, por alguna extraña razón, empiezo por las ganas incontrolables de tirarlo todo a la basura. Así que este inicio de año parece que deberá ser también un inicio de algo diferente, supongo que tengo que darme un clavado interior y ver que es lo que requiero tirar para dar cabida a lo nuevo.

Mientras eso sucede debo aprovechar mis ganas de limpiar y renovar en mi exterior y deshacerme de algunas cosas que realmente solo están ocupando espacio sin oficio ni beneficio en mi casa. Cuidado, no se me pongan enfrente porque esta semana tengo ganas de tirar todo a la basura.