viernes, 31 de julio de 2015

Las cartas: Pastillas para el alma.

Costumbre en desuso, aunque soy amante de la
tecnología no puedo dejar de reconocer que ésta es una gran pérdida con el uso de las redes sociales.

Aprecio enormemente la comunicación inmediata con los que están lejos, el poder verlos y escucharlos en tiempo real, leer en un mensaje breve sin demora, pero los largos mensajes escritos que permitían las cartas, que iban más allá de la inmediatez, que hacían que el escritor pudiera transmitir en ellas más que lo último a comunicar, esa pérdida si la lamento.

Tengo en mi colección privada carta de mis amigas de la secundaria, que no necesariamente estaban lejos, pero que era un medio para comunicar y dejar constancia de cosas que no se expresaban verbalmente o en grupo, cartas con un matiz mas personal e íntimo de la amistad.

También tengo cartas de amor, escritas en la distancia y escritas en momentos de crisis de la relación, escritas en momentos decisivos, y también solamente para reforzar y, nuevamente, dejar constancia del sentimiento del momento.

Tengo cartas de amigos que se alejaron físicamente y que mantuvieron el contacto en el papel.
Me tocó vivir el cambio, por lo tanto puedo hablar de las dos experiencias, diré simplemente que, para mí, aún y cuando la tecnología tiene maravillosas ventajas en tiempo y dinero, las cartas que atesoro en el papel han sido píldoras para el alma adolorida en diferentes momentos de mi vida que no podré sustituir con ningún correo electrónico, twitter, pubicación en facebook que haya recibido hasta el momento.

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